Jan Mandyn, Harlem; Flandes. Festín Burlesco. Óleo sobre madera de roble. Museo de Bilbao. C 1550
Quienes integramos El Convite, Club Gourmet, grupo gastronómico fundado en diciembre de 2003, les damos la más cordial bienvenida a nuestra página, en la que registramos nuestras actividades gastronómicas, orientadas siempre al disfrute de la buena comida, la recreación de algunas tradiciones culinarias y la convivencia de sus asociados

9 de marzo de 2008

¡Oktoberfest en la azotea!


Inicio de un nuevo año gastronómico para nuestra comunidad de El Convite, C. G. Como le tocaba a este blog master y a su valkiria azteca recibir a todos los conviteros en su departamento, sólo para variar, se nos ocurrió hacerlo, sí, pero... ¡en la azotea!. En efecto, ahí en las alturas del centro urbano culichi, instalamos una carpa provista con todo el mobiliario necesario para servir y disfrutar en ella, de una comilona muy germana. Ya sentados todos en sus respectivos puestos, unos contemplando el pasado histórico de la ciudad en la silueta del Santuario y otros el skyline culichi en las luces del Hotel Lucerna, cada uno de los conviteros pudo degustar las tradicionales salchichas blancas al estilo München, acompañadas de la infalible mostaza, el sauerkraut de col morada y una deliciosa ensalada de espárragos. Dada la naturaleza del evento, sólo se podía beber cerveza, por lo que a un lado de la carpa, colocamos un hielera que contenía latas de cerveza Heineken y León negra, un espirituoso líquido elaborado en México pero con la más pura tradición de Munich. Y así, mientras se amenizaba el ambiente con la música de una alegre banda bávara, cada comensal se servía el espumante néctar y con el tarro en mano, paseaba la vista por el horizonte nocturno del centro histórico de la capital, al tiempo que un fresco viento nos acariciaba la cara y nos ayudaba a olvidar que casi todo el año, aquí vivimos en la antesala del infierno. Luego, Frau Cecy convocó a los conviteros a degustar una rica rebanada de strudell de manzana. Una noticia importante: en este evento, su servidor, el cronista convitero hizo su debut como cocinero ya que se discutió preparando, él solito, todo el plato principal además de participar activamente en la decoración de los bocadillos o entremeses y diseñar el menú germano... Con esto, dió un rotundo desmentido a cierto convitero de origen francés, para mayor detalle, quien siempre le reprocha que sólo mueve la mano para escribir, pero nunca la menea para freír. Y ya termino esta crónica, diciendo, con un gran tarro de cerveza en mano:
¡¡Liebe Freunde, vielen Dank für den Besuch Ihrer Haus!!