Jan Mandyn, Harlem; Flandes. Festín Burlesco. Óleo sobre madera de roble. Museo de Bilbao. C 1550
Quienes integramos El Convite, Club Gourmet, grupo gastronómico fundado en diciembre de 2003, les damos la más cordial bienvenida a nuestra página, en la que registramos nuestras actividades gastronómicas, orientadas siempre al disfrute de la buena comida, la recreación de algunas tradiciones culinarias y la convivencia de sus asociados

7 de diciembre de 2009

De Vladivostok a Tlacotalpan


Después de un largo período de inactividad en la comunidad gastronómica de El Convite -una pausa que resultó más larga que la veda anual del camarón o las huelgas de hambre que hacía el compita inventor de la casa ecológica enfrente del Honorable Ayuntamiento de Culiacán- el pleno de socios e invitados entenados y el cronista, llegaron a la última cita de este año para ser agasajados con otro banquete en la casa de los siempre decembrinos anfitriones Hernández Aragón, quienes en esta ocasión tuvieron que remar solitos con todo los pormenores del evento, pues ya no contaron con la ayuda de sus diligentes herederos quienes podían picarles una cebollita o exprimirles dos limones, por lo menos. Todo indicaba, por ciertos rumores que corrieron de manera previa a este evento, que se serviría una comida rusa para celebrar el fin de la temporada de calor y la llegada de nuestro invierno “siberiano” y aunque ya me imaginaba saboreando exquisitos perogys, remojados en vodka Stolisnaya, el menú veracruzano que lo reemplazó estuvo de película, con una sorprendente variedad de platos nuevos que hicieron todos los honores a nuestro sacrosanto reglamento. Y véase si no: Empezamos con un mousse de salmón ahumado, ensalada verde con toronja rosa y rico aderezo enmielado, tortas de plátano macho con frijol negro –muy ricas, por cierto- seguidas del platillo estrella, un arroz a la tumbada, muy marinero, por aquello de la cantidad de frutos de mar que lo coronaban. Como ya es la costumbre de la casa, el postre fue una delicia, de nombre "sopa borracha" y aunque no me lo pude terminar –por desgracia no tengo estómago de rumiante con tres o cuatro compartimentos, sino sólo uno que ya estaba muy atiborrado- eso no fue un impedimento para saborearlo como Dios manda. Todo esto remojado con un vinito blanco y una agüita de cítricos variados. Como siempre, felicitamos a nuestros esmerados anfitriones y a todos los lectores de este blog, quienes integramos este club, les deseamos una Feliz Navidad y un próspero año nuevo.