Jan Mandyn, Harlem; Flandes. Festín Burlesco. Óleo sobre madera de roble. Museo de Bilbao. C 1550
Quienes integramos El Convite, Club Gourmet, grupo gastronómico fundado en diciembre de 2003, les damos la más cordial bienvenida a nuestra página, en la que registramos nuestras actividades gastronómicas, orientadas siempre al disfrute de la buena comida, la recreación de algunas tradiciones culinarias y la convivencia de sus asociados

5 de abril de 2017

Lázaro

Y así, al igual que este célebre personaje bíblico, este club de aficionados devotos de la cocina nacional e internacional, por fin, resucitó. A Lázaro le tomó tres días volver al mundo de los vivos, pero a nuestro grupo del Convite, Club Gourmet, le tomó y fueron necesarios poco más de cuatro años con 60 días. Noooomás... como diría Resortes. Pero, bueno, el regreso fue triunfal. Sergio y Laura se encargaron de administrar respiración boca a boca y volver a la vida al "muertito" el pasado día primero de abril. Para ello, comenzaron a prepararse desde meses antes al comprar algunos ingredientes para elaborar un delicioso menú mexicano que a todos nos deleitó como pocas veces. Y paso a dar cuenta de este evento que pone de nuevo en el mapa a El Convite. 

Comenzamos con una barra de botanas que parecía no terminar nunca: un dip de berenjena, Baba Ganoush con un ligero sabor acidulado, elaborado por Jaime González Peña, que por sus dotes culinarias podría integrarse ya como asesor del grupo. Un queso autóctono, elaborado en la Real Provincia de Cosalá, que podía combinarse muy bien con otra botana confeccionada por el anfitrión: unos chiles en vinagre. ¿Botana? Bueno, sí, porque Sergio así nos la presenta y la ofrece como tal.

El platillo estrella fue una lengua de res en mole verde a la usanza del estado de Morelos, que por su delicado aroma y suavidad, conquistó muy fácilmente a todos los paladares. Los patrones de la casa lo sirvieron acompañado de una guarnición de arroz blanco, nopales y frijoles bayos. Algunos de los comensales repitieron la dosis de esta lengua exquisita y no era para menos. Finalmente, llegó el tiempo más esperado: el postre. Un pastel de mora azul que tenía calificación de diez antes de partirlo o comerlo. Muy bueno.

Para terminar, sólo me resta agradecer en nombre de todos los socios, la amable compañía y la rica comida que nos ofrecieron Sergio y Laura. Pasaron más de cuatro años para reiniciar las sesiones del Convite... por favor, no dejemos que esto vuelva ocurrir otra vez y tratemos de que dure muchos años más. Deseando sinceramente que así ocurra, los invito a la próxima sesión: ¿Quién se apunta?