Jan Mandyn, Harlem; Flandes. Festín Burlesco. Óleo sobre madera de roble. Museo de Bilbao. C 1550
Quienes integramos El Convite, Club Gourmet, grupo gastronómico fundado en diciembre de 2003, les damos la más cordial bienvenida a nuestra página, en la que registramos nuestras actividades gastronómicas, orientadas siempre al disfrute de la buena comida, la recreación de algunas tradiciones culinarias y la convivencia de sus asociados

9 de marzo de 2009

De Sinaloa a Yucatán


En la gastronomía yucateca se conjugan muchos verbos. Los ingredientes y las maneras de hacer una receta, obligan al cocinero a tatemar, macerar, desmenuzar, asar, freír, cocer, licuar y colar casi todo; además de picar muy finito todo lo que se pueda cortar. Es esta una cocina que nos presenta platos en apariencia muy sencillos, pero de procesos laboriosos y abnegados. El producto final es un gama de sabores delicados, tenues, de aromas perfumados a yerbas y especias. Y no podía ser de otra manera, ya que la comida yucateca es el maravilloso resultado de siglos de experiencia indígena, enriquecida con los aportes culinarios europeos, árabes y orientales. Pues bien, esa fue la cocina que la Señora Presidenta de El Convite y su ayudante quisieron ofrecer a los asociados en la primera cita del sexto año de este grupo. La cena se sirvió en la terraza, que no roof garden porque todavía no tiene matas, aderezada con las vistas nocturnas del Santuario que ya nos eran conocidas desde la cena germana. Desde ahí nos trasladamos hasta la hermana república de Yucatán al comenzar a saborear unos deliciosos Panuchos, seguidos de un rico Poc chuc que se presentó acompañado de frijol negro colado y chiltomate. Luego llegaron a la mesa "los caballeros pobres" un postre que los conviteros compararon con buñuelos, torrejas y el pan francés, pero que yo creo que los supera a todos con su sabor a clavo, canela, vainilla y cardamomo. Cabe aclarar que la cena fue un reto para los conviteros porque cada plato estaba envuelto en una penumbra que no dejaba ver lo que se comía, así que para subsanar esa falla en la iluminación, les pongo ahora las fotos de los platos principales y así, al leer esta crónica, ustedes podrán exclamar: ¡Mare, esto era lo que cenamos con la Cecy! Por último, cabe mencionar que esta cena yucateca estuvo diluida con vino rojo, cerveza León Negra, Montejo y una agua de naranjita especiada. En esta ocasión, tuvimos como invitada de honor a Ana Isabel Flores Guerrero, quien, amablemente nos echó una mano super eficiente en el servicio de las viandas. Con este convivio, rendimos homenaje a otra región de México, donde lo que se come siempre es muy rico y la manera en que se hace importa y mucho. Esperamos que haya sido del completo agrado de todos y cada uno de los asociados.